lunes, 18 de julio de 2011

Creer para llegar

El domingo corrí la que para mi se planteaba, como la temida Olla de Núria.
El día antes llegamos a Ribes, donde hicimos noche y tras la temprana cena nos fuimos al hotel para poder descansar.
A las 5:25 nos despertamos y nos empezamos a preparar, antes y todo de que suene el depertador. El descanso ha sido reparador y aunque empiezo a estar un poco nervioso, intento calmarme, porque todavía queda un buen rato hasta la carrera y no quiero transmitir mi nerviosismo a Jonatan.
A las 6:00 salimos con el coche hacia Queralbs, donde cogeremos el cremallera para llegar hasta Núria. Cuando llegamos al parking del cremallera, se respira ya el ambiente de que hoy toca coerrer, así que dejamos el coche y nos dirigimos hacia el anden, donde almorzamos el picnic del hotel, mientras esperamos la llegada del tren.
A las 7:00 desembarcamos en Núria, donde nos dirigimos hacia la zona habilitada para recoger el dorsal, donde nos encontramos con Marc, que ya ha dormido en Núria.
Nos colocamos el dorsal, acabamos de preparar todo para la salida y nos dirigimos hacia el Briefing, para recibir las instrucciones de la carrera por parte de la organización. Y una vez acaba...todos a la salida.
Queda un cuarto de hora para la salida y los nervios hace que este bromista con Marc y Jona para calmar la tensión, de quien me despido, ya que ellos deciden salir desde un poco más atrás.
Y a las 9:15 tras unos minutos de retraso por fin se da la salida. Empezamos con una vuelta al santuario, para encarar la primera subida...el puigmal nada más y nada menos. Llevo días mentalizandome de que tengo que guardar fuerzas y no pasarme en la primera subida, pero tras llegar al primer control, mis piernas estan bien y decido probar un poco a ver hasta donde aguanto, así que miro hacia arriba tomo referencias y decido poner un ritmo fuerte. En 50 minutos me planto en la cima donde está el segundo control y paro para comer y reponer un poco.
A partir de aquí empieza la temida bajada, ya que no se me da nada bien, normalmente me adelanta mucha gente, me pongo nervioso y pierdo mucho tiempo...y así es. Me adelantan muchos corredores, pero aún así yo me dedico a lo mio y decido ir haciendo.
Se van sucediendo subidas y bajadas hasta llegar a Finestrellas donde se empieza a empinar un poco y empieza a hacer frio y viento, ya que se aproxima tormenta. Poco a poco corono el pico y otra vez cuesta abajo, donde en un tropezon me voy al suelo, pero me levanto y sigo adelante.
En pocos kilometros empiezo a notar la fatiga, mis adductores empiezan a hacer amagos de calambres, pero decido no pensar, comer un poco aprovecahndo que el terreno es favorable, para ver si recupero fuerzas y la sensaciones mejoran. Y así es poco a poco me voy encontrando mejor y se acerca de nuevo la subida hacia noucreus. Poco a poco voy haciendo camino, miro el crono y empiezo a confiar en que todo se acabará antes de lo que había previsto.
Sigo avanzando. La fatiga aparece de nuevo, las piernas empiezan a estar muy pesadas, pero se que queda solo un par de subidas. Mis piernas por eso, empiezan a esrtar algo torpes, y tras un par de tropezones, me caigo al suelo, peo mi cabeza reacciona y me levanto rápido como si nada, aunque miro mis manos y veo que llevo un par de rascadas, pero se que tengo que seguir porque si paro, no se si podré volver a arrancar, así que paso la lengua por las heridas y a seguir que viene la bajada complicada. tomo mis precauciones ya que tengo miedo de vover a caer, pero por suerte es corta y enseguida encaro la ultima subida. Sólo son doscientos metros, pero veo la gente que llevo por delante que avanzan poco a poco.
Empiezo la subida corriendo con ganas, pero al poco me tengo que parar porque realmente hay mucho desnivel, asi que, me paro, cojo aire y me digo que tengo que ir hacia arriba como sea. mis piernas no tirna, me cuesta una barbaridad avanzar, pero miro arriba y se que se que es el último. Mi cabeza manda, así que si me digo que voy arriba así será y poco a poco subo a la última cima. Por fín llego mi cabeza ha podido más que mis piernas, así que paro recupero el aliento, bebo un poco y a disfrutar que quedan 3 kilometros y son cuesta abajo.
La bajada está peligrosa al principio, pero después va mejorando, así que por fín entro en el terreno en el que es más fácil correr, aunque mis pies están torpes y de repente me tuerzo un tobillo con chasquido incluido. El dolor sube por toda la pierna hasta la rodilla, pero sé que no es moento de parar, si se hincha me tendrán que reciger, asi que cojo aire y decido seguir hacia adeltante pese al dolor. En un kilometros llego al albergue y desde aqui ya se ve el santuario. Miro el reloj y medigo venga que lelgas en menos de 3 horas, así que aprieto hasta la llegada.
La verdad es que pese al sufriento, las caidas y los golpes, he disfrutado muchisomo de la carrera. El ambiente era espectacular en cada pico, sobre todo la llegada al puigmal, donde la genter se amontonaba a lado y lado para animar a los corredores
Al final no llego por debajo de las 3 horas, pero estoy más que satisfecho por como ha sucedido todo. He aguantado bien, he sabido sufrir, he aprendido a superar dificultades y el resultado y el tiempo son inmejorabes. Así que vuelvo a casa cargado de moral y aunque un poco estropeado y magullado físicamente, creo que estoy a punto para mi gran reto en un par de semanas: La maratón del Aneto.
Solo dar las gracias a todos por vuestros comentarios y vuestro apoyo.
Y por último, un recuerdo muy especial  para Carlos, se que desde arriba me ayudas cuando mi cabeza falla. Esta va por tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario